Pues ya pasaron 3 meses y medio. Cómo decìa mi abuelo, a lo tonto me lo bailo, ha pasado Setiembre, Octubre, Noviembre y el sorteo de Navidad a la vuelta de la esquina. Y cómo también decía mi abuelo "...y sin vender una escoba". Es tiempo de reflexión. En lo tocante a lo ciclista hasta hemos empezado a vivir en la rutina. Después de las novedades, miedos, sorpresas y averías de los primeros días nos hemos estancado en la rutina. Martes y jueves, cuando se puede y no hay reuniones en el curro, Mesa del Imperador, 2 horitas con 800 m de desnivel y una jodida subida de 6 km al 9%. Para despertarse bien.
Luego fines de semana alterno, corrida a pie / ciclismo o ciclismo entero. Finde completo, sábado a Barra, a llanear, carreras del pavo; domingo, más montaña, Vuelta a los Puertos de Tijuca. En esta época, invierno, no se lleva mal. No hay mucha movimentaçao en Madrid, hace un frío que pela, y acá se entrena bien, sin mucho agobio. Ya veremos que pasa en Mayo cuando vea las rutas que hacéis y siga con la Mesa del Imperador. Afortunadamente, todavía queda toda la montaña de fuera de Río de Janeiro ciudad, actualmente siempre entreno en el casco urbano de Río, que e muito longo, y salvo raras excepciones no he pisado asfalto de carretera-carretera. Eso será el año que viene, onde experimentaremos a Serra dos Orgaos, Serra de Mantigueria, etc. Todas ellas a 2, 3 horas máximo de Río de Janeiro.
Ahora viene el examen de Navidad, seguiré subiendo tan rematadamente mal como todos años Canencia o seré un peso pluma y ni cambiaré de plato ?. Y esa es otra, como todavía no tengo la mudanza de Madrid, pues no tengo báscula y no sé si estoy cinco kilos por arriba o...diez kilos por acima.
Bueno, este será el penúltimo post desde Río porque sino sucede nada el próximo sábado 22 estaré en Madrid, hasta el día 7 de Enero, o sea que me da tiempo de sobra para estiraros el cuello.
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